No asustes a mamá
Mi madre barría las hojas primaverales en el patio delantero, relucientes de rocío que se pegan al asfalto rugoso por las piedras que sobresalen. La veía concentrarse desde el ventanal de mi casa y vino a iluminar mi cabeza la idea de darle un susto. Con lo fácil que se asusta esa mujer; me vería de reojo apoyando la cabeza gacha sobre el vidrio y daría un salto, o un pequeño grito, luego reiría y entraría a darme un amistoso golpe en el brazo por asustarla.
Entonces fui sigilosamente, me escabullí por la cortina del ventanal y esperé no más de dos minutos, al percatarse no se rió, su cara de pánico fue mayor a la que esperaba… Cuando de pronto una voz tras de mi susurró tan cerca de mi oído… “la asustamos, o no?”
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Madame - Fecha: 01/10/2016, 13:47 hs (753)
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Muy claro, y dinámico |
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