Navidad
Categoría: Cuentos | Fecha: 13/07/2015
CUENTO DE NAVIDAD:
Finales de Diciembre de cualquier año, lugar próximo al RIO MUNDO, al Sur de Hellín, un abuelo y su nieto deciden bajar a la orilla del rio a coger alguna rama para encender el fuego, hoy es Noche-buena y la vieja casona a pesar de ser robusta el invierno la está enfriando, han llegado los hijos a compartir el día y es momento de alegría.
La mañana plomiza y oscura nos deleita con algún copo de nieve, son como plumas cayendo del cielo, la calma es absoluta, el paisaje se compone de barriadas esparcidas, alguna que otra columna de humo saliendo de las chimeneas y algún bando de estorninos buscando olivares tranquilos.
Abuelo y nieto caminan despacio y abrigados, están llegando a un lugar muy entrañable para el, un viejo molino del que solo quedan escombros y unas especie de ojos semi- tapados de escombro, por donde antaño salía el agua utilizada para mover las piedras de moler, el nieto vigoroso está deseoso de recoger las ramas, hay en abundancia, él abuelo le muestra cómo hacerlo y se pone manos a la obra, mientras el nieto está haciendo acopio de la leña, el abuelo se apoya en un viejo tronco y sin notarlo apenas su mente le desconecta de la realidad y ve como un carro desciende por la cuesta hasta llegar a la puerta del molino, el mulo algo nervioso es amarrado a una anilla, el carro es calzado con sendas piedras, el molinero alto y delgado recibe a los clientes, con un amable saludo, un niño y su padre ya entrado en años, “ El pajarero” contesta con un buenas tardes, mas alguna ocurrencia que viniese a cuento, al momento los costales de trigo sobre la espalda son depositados en la torva, el niño juega correteando en un lugar casi mágico, una gran chopada junto al rio, con algún olmo centenario, el agua está presente en todo el paisaje, ten cuidado le dice al niño, este esta como loco disfrutando, entra a la casa del molinero en donde su señora menuda y amable le dice si quiere algo para comer, este dice que no y sigue husmeando su lugar preferido, una pequeña canalita que baja desde la entrada del agua al molino y que sirve para abastecer un pequeño lavadero y las necesidades de la casa después mira como comienza a caer la harina hay que estar pendiente para que la especie de estalactita que forma no tapone la salida, el abuelo y el molinero en animada charla comentan sobre la última tormenta cuyo granizo pico algo las hortalizas, dicen que de haber sido un par de semanas antes, habría dañado el cereal aun sin segar.
El niño como suele hacer cuando acompaña a su padre sube para ver el entronque de la calcina con la balsa de la luz, es un estrecho sendero de unas decenas de metros envuelto en matorral y chopos, la tarde está agonizando y se ha pasado en un momento, poco después ve como el trigo convertido en harina esta en los costales de nuevo y cargado en el carro, su padre por si acaso prepara el farol por si tiene que prender la mecha al regreso, se despide de Paco el perro con el que me encontraba y el mulo con la carga y los viajeros emprende el regreso.
En ese momento su nieto con un buen acopio de ramas, tira de la mano del abuelo, este abre los ojos y con el pañuelo limpia sus lagrimas, felicita al nieto por su trabajo y con sendas cuerdas las cargan a la espalda e inician el regreso.
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